En el distrito de
Rimac, encontramos el cerro San Cristobal. Nombre que le dio el conquistador
Francisco Pizarro en 1535.
Tiene una altura
de 400m y ofrece a sus visitantes unas vistas diferentes de la ciudad de los
Reyes (actualmente Lima).
La manera de
alcanzar el cerro es o bien a pie o con los combis que suben alocadamente por
las curvas.
A poco de fundarse la
ciudad de Los Reyes, capital del Virreinato
del Perú, los castellanos colocaron una gran cruz de madera en el
cerro más próximo de la civilización circulaban la ciudad. Esta primera cruz
del San Cristóbal, fue destrozada por los incas durante el cerco de
Lima en 1536; bajo la advocación del Sol y de las divinidades tutelares del Tawantinsuyo.
Poco después de romper del todo el cerco de Lima, se
libraron las furiosas batallas de Pachacamac y de Rumichaca; que costaron
decenas de vidas a los hispanos, e incalculable número de indígenas aliados y
de esclavos negros; así como crecida cantidad de caballos. Para entonces ya Francisco Pizarro,
pasado el peligro inmediato de asalto a la ciudad y aprovechando las sombras de
la noche, había dispuesto que en la cumbre "se ponga en él, otra cruz como
la que los indios quitaron". Pronto se bautizó aquel cerro con el nombre
de San Cristóbal, porque en su día se ganó la batalla.
Durante la República hubo muchas
propuestas para instalar un mono riel que pudiera facilitar su ascenso. A
inicios del siglo XX se elaboró el proyecto -que fue aprobado por el gobierno-
que permitió construir la obra entre el Paseo de Aguas y la cima del cerro. Un
extenso cable jalaba las faldas del cerro un porta sillas de hierro, en donde
cabrían unas seis personas cómodamente sentadas. Lamentablemente, el
mantenimiento y el alto costo de su construcción resultaron perjudiciales para
su administración, ya que poca gente lo utilizaba.
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